Para Agustín y Antonio que llevan este apellido tan montañés y gaditano.
En
los no muy felices (al menos para la ciudad de Cádiz) años veinte del siglo
XIX, al comienzo del Trienio Liberal, las actividades cotidianas de
nuestra colonia montañesa permanecían inalterables a pesar de las convulsiones políticas y bélicas de esos años, como lo atestigua este
traspaso de una "tienda de comestibles y refino", como la define su propietario
Manuel Infante, quien se la vende a Manuel
Fernández de la Reguera; un negocio entre montañeses que, siguiendo la “costumbre
de esta plaza” se formalizaba por medio de una escritura ante un Escribano.
La
tienda se encontraba en una accesoria en la calle de la Torre esquina a la del Herrón
número 80 ½ (hoy Hospital de Mujeres 39), y se vendía “con sus correspondientes
géneros, enseres y utensilios” que habían sido valorados por los peritos,
designados por ambos, Josep Riaño y Francisco Escamilla. Es significativo el menor
valor que dan a “los efectos de comestibles”, 2.469 reales y 24 maravedís, con respecto
al que dan a ”los efectos de refino” que tasaron en 11.179 reales y 25 ½ maravedís.
El precio total del traspaso es de 17.370
reales de vellón, que el comprador había entregado en su totalidad antes de firmar
la escritura.
A la
escritura sólo se acompaña en detalle la valoración de los cinco pesos del
establecimiento, así como las 16 pesas chicas y las tres pesas mayores de a una,
dos y dos y media arrobas, todo ello valorado en 1.812 reales y 17 maravedís.
La valoración de pesos y pesas. |
Como curiosidad obsérvese las dos formas de escribir “arroba” que se usaban en la práctica
habitual del comercio gaditano.
Dos símbolos distintos de "arroba". |
Del
Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
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