viernes, 29 de noviembre de 2013

Luz eléctrica sobre Cádiz.


            Siendo Alcalde de Cádiz Don Juan Valverde el Ayuntamiento adquirió en Francia por 4.000 pesetas “un aparato de luz eléctrica” que fue entregado al Instituto de la ciudad como organismo con nivel científico suficiente para manejarlo, “con el doble objeto de enriquecer su excelente gabinete de física y de utilizarlo en diferentes fiestas populares; y por muchos años la ciudad lo ha utilizado prodigando la luz eléctrica que tan buen efecto producía” por ejemplo en el Corpus y en la Velada de los Ángeles.   

Cuando el aparato sufrió “alteraciones en su modo de ser hasta el punto de quedar inutilizado” el Director del Instituto Vicente Rubio y Díaz acudió al Ayuntamiento para que costeara su reparación, y éste acordó destinar para ello la suma de1.680 pesetas.
La firma del Director y una calle gaditana.
A pesar de que un particular Enrique Bonnet ofreció para las fiestas su propio "aparato para la produción de luz eléctrica", el Ayuntamiento encargó las gestiones al Instituto, quien solicitón catálogos a varias casas francesas y concertó con Monsieur Sallerón la compra de los artícuoos necesarios para la reparación, entre ellos 200 Elementos de Bunsen, 20 kilogramos de cable de cobre recubierto de algodón, diversas cantidades de ácido nítrico, ácido sulfúrico y mercurio, así como cierto número de cristales de colores.
El suministrador de los repuestos.
 Este material, embalado en nueve cajas salió desde París a Marsella desde donde la “Agencea” Carló la enviaría por vía marítima hasta el domicilio en Cádiz de los “Señores A. y L. Sicre”. Su importe de 1.499,45 pesetas debía abonarse “en letras sobre París”.

Recibido el material se reparó e instaló la máquina en la Velada de los Ángeles de 1876, dando cuenta Rubio y Díaz del material existente tras la fiesta pues, según le informaba el Catedrático de Física y Química, el comerciante francés había dejado de remitir “cuatro pares de Bunsen, 4 vasos porosos y una bombona de ácido nítrico”, ésta última por rotura al descargarla del tren que la traía a Marsella; además faltaban otros “4 vasos porosos y 4 zinc” que “habían sustraído en la velada por descuido del guarda”.
La "Agencea" Carló.

          Esta pequeña historia nos ilustra acerca de la unión que existía en esa atapa del siglo XIX gaditano entre el Ayuntamiento y el mundo de la enseñanza, utilizando un medio como la entonces naciente luz eléctrica con una doble finalidad, por una parte científica y docente y por otra lúdica para el pueblo gaditano que podría contemplar asombrado los primeros haces de luz eléctrica que se encendieron sobre esta tierra.

Del Archivo Histórico Municipal de Cádiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario