viernes, 25 de octubre de 2013

FIERAS EN EL MENTIDERO



            En 1864 el italiano Paolo Barnabó arribó a Cádiz y solicitó el permiso municipal para instalar su “Gran Colección Oriental de Fieras” en un lugar habitual donde se instalaban la mayoría de los circos y espectáculos ecuestres que visitaban Cádiz en esa época, los solares de la calle Barquillas de Lópe donde luego se construiría el Hospital Mora.

            El Ayuntamiento le concedió el permiso solicitado para instalarse durante dos meses con "su galería de fieras", previa revisión de las instalaciones por el Arquitecto municipal, pero no en el lugar solicitado sino en el Corralón de los Carros, en el lugar que utilizaba el apero de la limpieza pública para guardar los carros de la basura.

            Al italiano no le gustó este otro lugar “por el mal estado en que se encuentra aquel pavimento, pues no aun tiene desagüe para las aguas llovedizas” por lo que no podía hacer “la limpia y aseo de las fieras”, y propuso que se le concediera la instalación “en la Plaza de la Cruz de la Verdad”, para lo que presentaba “el croquis o plano del modo en que se ha de colocar”, y se comprometía a respetar las “providencias que estime convenientes para mayor seguridad y comodidad del público”.

            Se le autorizó el cambio con estas condiciones:

            1ª.- El local tendría todas las seguridades suficientes para que no hubiera peligro alguno para el público.

            2ª.- Como “indemnización del terreno que ocupa” abonaría cada mes los ingresos de un día a la hacienda municipal.

            3ª.- Para “responder del deterioro que pueda causarse al arbolado y pavimento”, depositaría una fianza de tres mil reales de vellón.

            4ª.- Y por último el solicitante se comprometía a “trasladar las fieras a otro punto o fuera de la Ciudad siempre que su permanencia en dicho sitio pueda ser causa de que los caballos que transitan por su proximidad puedan espantarse”.

            Con la firma del documento que recogía este compromiso, el señor Bernabó pudo por fin mostrar sus fieras a los asombrados gaditanos en el Mentidero, ocupando su "galería" en la plaza el lugar que mostraba en el "croquis o plano" que presentó y que les copio a continuación.
 
El croquis de Bernabó.

  

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