lunes, 19 de agosto de 2013

NO CONSUMID CABALLAS


           
Las peligrosas caballas

 
 Aunque las caballas se vienen consumiendo en Cádiz al menos desde la época de los romanos, no siempre su consumo se ha considerado válido para la salud, su condición de “pescado azul” les hacía objeto hasta no hace mucho de prevenciones y temores sin fundamento científico.

Esto es lo que sucedió en 1844 cuando los pescadores Pedro Bravo, Juan Rodríguez y José Camacho, “Patrones de esta Matrícula por sí y en nombre de los demás de su clase”, se dirigen a la Alcaldía exponiendo que “desde la infancia se han ejecutado en el exercicio de la mar” por lo que “se encuentran autorizados para ejercer la industria de la Pesca de Caballas para abastecer a esta Población como desde tiempo inmemorial lo tienen practicado con sujeción a las reglas de la Policía Sanitaria”. Dicen “cuatro días han permanecido en la mar y con sumo trabajo pudieron lograr una regular pesquera y observan que se les prohíbe con todo rigor su venta, viéndose en el caso de arrojarlas por considerar sea imposible su conservación”,

Como esta prohibición “ocasionará la ruina no sólo de los firmantes sino de más de mil familias que se ven estrechadas a este resurso para subsistir”,  piden que se levante la prohibición ya que es un pescado más barato que otros que consideran “azules”, “permitiendo la entrada y venta de las caballas para consumo de tantos pobres que las compran con mayor alivio que puedan hacerlo con los bonitos, atún, alborán y chocos, todos pescados azules y de igual condición que aquéllas”.

            El Alcalde pide que informe sobre la salubridad de la caballa la “Academia Nacional de Medicina y Cirugía de Cádiz” que era el organismo que anteriormente le había prevenido sobre los efectos perniciosos del consumo de caballas para que se prohibiese. El 14 de junio llegó al Ayuntamiento el informe solicitado, en él dice la Academia que cuando propuso la prohibición de la venta de la  caballa “a pesar de lo sensible que le eran sus consecuencias”, fue “en atención a la constitución atmosférica reinante, la cual produce inflamaciones agudas y pertinaces de diversas especies en los órganos digestivos, capaces de originar casos desgraciados” y remataba “el uso de la caballa cuando está mal preparada, causa muy comúnmente erupciones agudas y su abuso cólicos pertinaces e inflamaciones que terminan con la muerte, como desgraciadamente ha observado la Academia en los años anteriores”.

Sin embargo, por no estar seguros o ante la vista de las consecuencias sociales que su informe negativo suponía, dan marcha atrás al observar que “de algún tiempo a esta parte las influencias nocivas ceden” por lo que “tiene la satisfacción de decir a V. E. que, si lo estima conveniente puede conceder el permiso que solicitan los exponentes”.

            Con lo que se pudieron volver a comer las caballas en Cádiz. 
 
Del Archivo Municipal de Cádiz
 
 

 

1 comentario:

  1. "Rectificar es de sabio", pero en la alimentación esto es muy común aún hoy en día, aunque actualmente lo que predomina son los intereses comerciales; yo he llegado a conocer momentos en que no se recomendaba el consumo, por ejemplo del jamón y el aceite de oliva; siempre ha existido el médico de turno movido por intereses que daban informes desfavorable.
    Por cuestión de trabajo llevo tiempo sin visitarle, así que aquí estoy hoy leyendo, todo lo atrasado y disfrutando de sus posts.
    Es un placer leerle.
    Un abrazo.

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