domingo, 29 de enero de 2012

DE NEGRERO A ROBINSON CRUSOE


 En 1681 el Capitan Don Juan Bautista Barroso del Pozo “a cuyo cargo está el rescate de esclavos negros para su introducción en las Indias”, contrata una tripulación para navegar en su navío la Santísima Trinidad y San Antonio Abad que parte hacia África “a la introducción de esclavos negros”.

Los marineros contratados “se obligan a estar embarcados y prontos para navegar el día en que se hiciere a la vela desde este puerto y seguirá viaje a las islas de Barlovento” el actual Cabo Verde convertido por los  que desobedecieran las órdenes del Capitán marinos de la época, “asistirán a cuantas faenas se ofreciesen así de carenar árboles, desarbolar, descubrir quillas, dar lados y cargar y descargar, hacer aguadas, ir al monte y cortar la leña necesaria, así para el dicho navío la Santísima Trinidad como para cualquiera del dicho Capitán”.

La “soldada” o paga por participar en este tráfico criminal era la acostumbrada, “12 pesos de a 8 reales los marineros, 8 pesos los grumetes y 5 pesos los pajes”, y los incumplimientos del contrato eran castigados con sanciones proporcionadas como ocurría con la deserción, “si se bajan en un puerto pierden la soldada devengada y la por devengar”.

Peor trato obtendrían los que protestaran por las condiciones del viaje o desobedecieran las órdenes del Capitán, ya que éste, aplicando un castigo inusual en las flotas españolas, podía abandonar “al marinero o grumete que fuere inquieto o alborotador en cualquier parte que dicho navío descubra tierra, aunque no sea poblada”, convirtiendo al marinero reivindicativo o protestón en un forzado Robinson Crusoe .

Del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

           

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