viernes, 27 de enero de 2012

AMPLIACIÓN DE LA CAPILLA DEL CAMINITO


En 1690 una vecina de la calle del Camino que conducía al Baluarte de San Felipe, Inés María de Losada de Cerda y Olivares, esposa del Capitán Juan de Arratia Isasa, ausente en las Indias, “representando la dilatada ausencia del dicho mi marido, mis notorias obligaciones de mujer principal, con hijo y familia, y mi grande necesidad y total falta de asistencia y socorro del dicho mi marido”, solicitó el permiso judicial a la Real Justicia para poder disponer de todos sus bienes gananciales, obteniendo un “Auto de Licencia” que firmó “Don Luis Francisco de Cárcel y Texada, Abogado de los Reales Consejos, Theniente de Gobernador y Alcalde Mayor por Su Magestad de esta dicha Ciudad de Cádiz”.
Con este permiso entró en contacto con Pascual de Ordiñana, que era el “Mayordomo de la Hermandad y Compañía Espiritual del Santo Rosario, vocación de Nuestra Señora del Camino” cuyos hermanos por aquel entonces proyectaban la ampliación de la antigua ermita para convertirla en una más espaciosa capilla. Pretendía venderle “la accesoria de unas casas mías propias que llaman del Pilarillo, sita en esta ciudad frente del Castillo de San Felipe, que linda por una parte con casas de D. Thomás Antonio de Lucena, que primero lo fueron del Capitán Pedro de Rozas Serniago, y por otra parte con casas de Balthasar de Zepeda”.
Concertada la venta por el precio de 9.500 Reales de Vellón, “le vende la dicha accesoria declarada y delimitada con todas sus entradas y salidas, usos, costumbres, servidumbres y cuanto le pertenece sin reservación de cosa alguna”.
En la escritura la vendedora advierte que “la pared de la casa del Pilarillo tiene dos ventanas la primera de tres cuartos de alto y media vara de ancho que da vista a un cuarto alto y la otra de igual medida que da luz a un cuarto bajo” autorizando a la hermandad compradora a quitar esas servidumbres cerrando o cambiando de tamaño esas ventanas.  Pero se reserva el derecho “a abrir y hacer tribuna por la pared de dicha mi casa del Pilarillo a la Capilla que la dicha Hermandad hiciere en dicha accesoria, lo he de hacer a mi costa”, siguiendo la costumbre de las casas principales de tener un acceso privado para asistir a las celebraciones religiosas que se celebraran en la capilla.
Esta compraventa pudo ser el origen de la ampliación de la capilla para adquirir las dimensiones con que hoy la conocemos.
Del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

               

No hay comentarios:

Publicar un comentario