sábado, 31 de diciembre de 2011

UN ABIGEO EN EL CÁDIZ DE LAS CORTES



           
La figura del abigeo o ladrón de ganado nos trae el recuerdo de las películas de vaqueros del Oeste americano y la estampa de jinetes galopando por unas amplias llanuras mientras conducen el ganado robado. Por eso resulta extraño encontrar a un personaje con esa “profesión” en las huertas y calles de unas islas rodeadas de mar y con tan escaso campo. Y sin embargo el personaje existió.
Caballos, mulos y asnos, eran muy necesarios en la Isla de León y en Cádiz para la carga de mercancías, el transporte de personas o el trabajo en las tahonas y cuyo precio se había sobrevalorado al no poder adquirirse estos animales en las poblaciones cercanas a causa del cerco francés. Nuestro hombre José Feria a) el Figura era un pequeño tratante de ganado que traficaba por los alrededores del matadero del Campo de San Roque quien, ante la falta de la materia prima de su negocio, aprovechó la oportunidad y se embarcó como mozo en la expedición que el General Copons organizó en Cádiz en octubre de 1811 para acudir en ayuda del General Ballesteros. Copons desembarcó en Tarifa y llegó hasta tierras de Vejer y Medina Sidonia, batiendo a los franceses y regresando a Cádiz con el material bélico capturado y con él volvió el Figura que se trajo para sus negocios algunos animales supuestamente gabachos como “botín de guerra”. Ni que decir tiene que los puso a la venta por un buen precio en la ciudad sitiada, y que incluso los primeros compradores los pudieron revender con ganancias. Pero el negocio que iba bien mientras que los franceses mantuvieron sitiadas a la Isla y a Cádiz ya no lo fue tanto cuando los franceses levantaron el cerco a los pocos meses de proclamarse la nueva constitución.
Al liberarse las dos ciudades aparecieron los labradores que habían sido objeto del “pillaje patriótico” del Figura. Provistos de las guías que acreditaban su propiedad y siendo buenos conocedores de la morfología de sus perdidos animales, los localizaron y denunciaron ante las autoridades a los incautos compradores que tuvieron que devolverlos e intentar recuperar el dinero estafado. Comenzó así una cadena de reclamaciones judiciales; un vecino de Medina Sidonia reclamó a uno de Cádiz “una yegua robada allí cuando pasó el Excelentísimo Señor General Copons”, el de Cádiz la devolvió y como se la había comprado por 1.000 reales a Josef Gordon que vivía en La Isla de León interpuso un pleito contra éste, quien a su vez anunció que demandaría al Figura. Otra yegua vejeriega tuvo que ser devuelta por José Gort quien a su vez se la reclamó a Antonio Torres que se la había vendido tras comprársela a nuestro personaje. Igual sucedió con un caballo que adquirió Josef Barrera por 1.480 reales y con una burra que pasó de las manos del Figura a las de Rafael Salido, de éste a Juan Trigueros y de ésta a Manuel Otero que la compró por 165 reales, rompiéndose la cadena por la muerte de la burra.
Ni que decir tiene que los alguaciles gaditanos y de la Real Isla intentaron dar con el paradero del espabilado tratante para que aclarara estos entuertos, pero al levantarse el cerco ya se podía entrar y salir libremente y el ahora reclamado por la Justicia se había marchado de las islas gaditanas en busca de nuevas oportunidades mercantiles.
José Feria a) el Figura, un “figura” de la picaresca doceañista, cuyo recuerdo evoco en homenaje a cuantos pícaros, golfos y similares conviven con nosotros doscientos años después.  
Sacado del Archivo Histórico Municipal de Cádiz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario