sábado, 31 de diciembre de 2011

En ocasiones oigo golpes....



La teosofía o espiritismo nació en el seno de algunas iglesias norteamericanas, aunque no alcanzaría su divulgación mundial hasta la fundación de las sociedades espiritistas que reunían a los seguidores de esa nueva corriente filosófico-religiosa. Las primeras sociedades de esta clase que se crean son en Gran Bretaña la Sociedad Dialéctica  (1869) y la Sociedad Británica Nacional de Espiritistas (1873) y en Estados Unidos la más famosa creada por Elena Blavatski, la Sociedad Teosófica de Nueva York (1875).  
Aunque los historiadores catalanes señalan Barcelona como la ciudad por donde entró en 1861 este movimiento en España, al que siguió la creación en el mismo lugar de la Sociedad Espiritista Española en 1873, podemos afirmar que mucho antes en Cádiz ya se celebraban sesiones espiritistas. En el año 1857 existía una sociedad secreta que incluso llegó a publicar un opúsculo “Luz y Verdad del Espiritualismo” que fue recogido por la policía y que contenía la traducción al alfabeto de los golpes que daban los espíritus en el suelo no con una mesita o velador sino con, y aquí viene la originalidad gaditana, el trípode de un palanganero. Aclaramos para las nuevas generaciones que un palanganero era un soporte o trípode de hierro o madera donde se colocaba una palangana y la jarra de agua para su servicio, antes de la aparición en las viviendas del agua corriente.
Entre 1865 y 1866 se edita en Cádiz el periódico “La Buena Nueva”, en el que junto a reformistas sociales seguidores de Fourier y las que quizás sean las primeras feministas españolas, colaboran los miembros de esta sociedad secreta de espiritistas que continuaban celebrando sus sesiones agarrados al palanganero. Así lo entendió el Negociado de Prensa del Gobierno Civil cuando informa tras una denuncia del Obispado que “este periódico es el órgano de una sociedad de espiritualistas que existe en esta capital y que manejando con sin igual destreza los trípodes y palanganeros, han ocasionado males de mucha entidad a personas muy conocidas”. Por su parte el Fiscal de Imprenta estima que “La Buena Nueva” “es el órgano de una Sociedad de los llamados espiritistas, que profesan y practican la doctrina de la comunicación constante con los espíritus por medio de los trípodes”.
Todo ello ayudó a la desaparición por decisión gubernativa de este periódico, lo que no impidió que el descubrimiento de esta sociedad y sus prácticas espiritistas fuera objeto de las burlas de las comparsas de esos años que sacaron la agrupación “Los del palanganero”, sacando punta al componente de “guasa” que tenía el tema.
Ya en el siglo XX aparecieron otras asociaciones que recogieron el testigo de sus predecesores como el Centro Espiritista “La Emilia” (1909) y años después la sociedad Rama Dharma (1920), ésta última adscrita al espiritismo en su  corriente hindú.

Sacado del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.                                                           

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