En el año 1734 el Obispo de Cádiz aprobó la constitución en la iglesia de San Antonio de la Congregación del Santísimo Cristo de las Misericordias, más conocida como Nuestro Padre Jesús de las Misericordias y la Purísima Concepción. Sus cultos consistían en la realización de misiones callejeras, para lo que una vez al mes se trasladaba la imagen a una iglesia o convento de donde salía al anochecer, acompañado de hermanos con farolas y de un clérigo invitado que cantaba saetas y decía pregones en sitios preparados en cada barrio.
En 1754 se produce una refundación, entrando en la misma varios comerciantes de la ciudad entre ellos el Marqués de Valdeíñigo, quienes trasladan su sede a la iglesia de San Pablo, contigua a la Casa de Mujeres Arrepentidas, conocidas como "Las Arrecogidas" y que estaba situada en la calle Ancha de la Jara, una de las más céntricas de la ciudad. La congregación se hizo cargo de dicho centro asistencial, regulando su funcionamiento y corriendo con su sostenimiento, sin dejar de celebrar las misiones mensuales.
El ingreso de las mujeres en la Casa podía hacerse de forma voluntaria por causas como las separaciones debidas a malos tratos conyugales o a abandonos familiares, o de forma forzosa, internadas por orden de la autoridad en casos de delitos, de vida maleante o de amancebamiento. La labor de la congregación puede encuadrarse dentro del reformismo ilustrado de la ciudad, ya que procuraba en todo momento la reinserción de las internas, enseñándoles trabajos de costura y costeando los gastos de su matrimonio o de su vuelta al hogar si había conciliación entre los cónyuges.
Como normas propias de la Casa destacamos la prohibición de permanecer en la misma a los cofrades solos y la uniformidad de las internas, en la que destacaba el velo blanco para los actos religiosos, que se entendía como señal de pureza y de que en la Casa no se las discriminaba aunque se lo hiciera en la calle la sociedad de su época.
El declive de este centro comenzó con la apertura de la nueva Casa de la Misericordia en la Caleta de Santa Catalina, aunque siguió con sus funciones de atención a la mujer hasta fechas recientes.
La Congregación cambió su sede en 1802, trasladándose a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario donde se encuentra su imagen y su documentación como el Libro de Actas que encabeza este comentario, celebrando su último cabildo en 1831 y desapareciendo su actividad tras la Desamortización.
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