lunes, 27 de febrero de 2017

En torno a una sentencia


Leo en la prensa que un sindicato policial comenta de forma crítica algún párrafo de la reciente sentencia recaída sobre los incidentes que tuvieron lugar en la Facultad de Filosofía y Letras, o como se llame ahora, de nuestra ciudad, cuando un grupo de ajenos a la misma boicoteó una conferencia que se daba en ella.

Como yo también me he sorprendido por esos párrafos, con el máximo respeto y haciendo uso de la libertad de expresión para discrepar con el contenido de las resoluciones judiciales que utilizan diariamente los políticos, los sindicalistas y hasta los tertulianos legos en cuestiones jurídicas pero que de todo saben, me permito exponer mi opinión al respecto.

Vaya por delante mi respeto a esta sentencia que no dudo estará ajustada a Derecho y con arreglo a los hechos probados que han sido objeto del juicio. Sin embargo, no hay que olvidar que el Juez, una ser humano al fin y al cabo, redacta sus sentencias conforme a su leal saber y entender, esto es, haciendo uso intelectual de una serie de elementos que han influido en la formación de su personalidad tales como su educación familiar, la enseñanza recibida, o las ideas religiosas y políticas que haya podido adquirir a lo largo de su vida

En la frase que origina este comentario Su Señoría equipara la situación que se vivió en la facultad gaditana con la que se pudo vivir en el ámbito universitario de nuestro País en otros tiempos anteriores.

Quizás por desconocimiento histórico o por pertenecer a una generación que no vivió en primera persona los acontecimientos a los que alude, ignora que en esos tiempos anteriores, que supongo serán los años finales del régimen de Franco y los inicios de la actual Democracia, los que pretendían dar conferencias ejerciendo una libertad de expresión que entonces no se reconocía legalmente eran, para entendernos, los demócratas, víctimas de unos jóvenes airados que eran, para entendernos, los fascistas, que irrumpían en unos centros que les eran ajenos amenazando para impedir el ejercicio de ese derecho. La policía, al igual que los jueces, permanecían neutrales porque ese derecho entonces no existía. Los que en el siglo XXI pretendían dar una conferencia en Cádiz ejerciendo una libertad de expresión que ahora sí está reconocida en la Constitución y en las leyes eran, para entendernos, los demócratas,víctimas de otros jóvenes airados que eran, para entendernos, los fascistas, que irrumpieron con amenazas en una facultad que les era ajena para impedir el ejercicio de ese derecho. La policía y los jueces ahora sí tienen la obligación de intervenir porque es un derecho reconocido a los ciudadanos que ellos deben proteger.

El juzgador actuando correctamente por supuesto, ha dictado su sentencia ajustada a Derecho aunque influida inconscientemente por sus ideas políticas; por eso se ha inclinado por los acosadores, los fascistas para entendernos; yo, que no tengo esas ideas políticas, pues soy una persona tolerante con las ideas de los demás siempre que las expongan respetuosamente, me hubiera inclinado por los acosados, los demócratas para entendernos pero, como dije antes, mi opinión no tiene más importancia, es sólo una cuestión de ideología política.







 

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