lunes, 9 de abril de 2012

BILLARES EN CÁDIZ




Así serían los billares gaditanos de antaño

                                                                      En recuerdo a los jugadores de los billares
 Venancio y Gaditanos de la calle Sacramento.

            Aunque invento inglés, el billar como hoy lo conocemos se popularizó en Francia a principios del siglo XVII, por lo que es conocido como “billar francés”. No había pasado el siglo cuando ese juego ya tenía mesas en Cádiz, quizás importado por la colonia francesa.
            Pero será durante el siglo XVIII cuando adquiriría su mayor esplendor, ya que las mesas del tapete verde compartirían espacio con los cafés, aunque también habría locales exclusivos para este juego las “casas de billar” y muchas mesas “corsarias” o “billares sueltos” que estaban dentro de casas particulares y eran más difícil de localizar por lo que sus propietarios podían eludir el pago de los impuestos.
            En el caso de los cafés la existencia de una mesa de billar podía aumentar el precio de los traspasos, como el que lleva a cabo el francés Francisco Igún, que paga en 1777 a su compatriota Lázaro Asié 190 reales de vellón por el traspaso de su café de la calle Solano al incluir en el mobiliario “una mesa del juego de Villar con sus pertrechos”.
            Al acabar el siglo XVIII había en Cádiz 10 “billares sueltos” y 14 “casas de billar” que sumaban 24 mesas, siendo la más importante la de la calle Rosario 76, que atendía su propietario José Cansino con 3 empleados.
            Además se podía jugar en otros 12 cafés que tenían otras 25 mesas.
            En cuanto al contenido de una de esas salas domésticas de billar lo podemos obtener de la escritura por la que Josefa Brun arrienda en 1795 a Andrés López Cantero “una mesa de villar que se halla en actual uso en una sala interior del bajo de la casa número 42 de la Plazuela de Gaspar del Pino”.
            Contaba con “mesa con paño y camisa de dos años que tiene de trabajar, 6 candilejas con sus perchas, otra candileja más chica para el día, una carambola rebajada y 13 bolas de marfil para guerra, una de ellas inservible, una taquera con 13 tacos, la garza y las medianas, 9 bancos de pino, otro para preparar las luces, 2 mesas de lo mismo con cajón, una percha vieja para colgar sombreros, 4 vidrieras con 8 vidrios y una pizarra para señalar los tantos, todo lo cual se halla en la dicha sala y en actual servicio”. Una sala completita.
            Buen juego y que hagan muchas carambolas.
              Del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.







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