viernes, 13 de septiembre de 2013

La Dársena del Campo de Guía





 
El Campo de Guía portuense

                 Hace algunos días se creó en nuestra ciudad cierta alarma, de muy corta duración y que fue rápidamente extinguida, sobre las desventajas que para Cádiz y su Bahía tendría la creación de una nueva Zona Franca en la ciudad de Sevilla. Como decían los antiguos “no hay nada nuevo bajo el sol”, ya que a mediados del siglo XIX se levantó en Cádiz otra alarma parecida por la supuesta amenaza que representaba para la ciudad los proyectos del Puerto de Santa María de crear una nueva dársena o muelle en su río, que se situaría en los terrenos municipales del Campo de Guía que contaban con solares suficientes para levantar en ellos cuantos almacenes y edificaciones se necesitaran para el tráfico de mercancías.

                La noticia de este proyecto la comunica al Ayuntamiento  de Cádiz un ciudadano que advierte que, si Cádiz ya se había quedado fuera del progreso que suponía la nueva línea de ferrocarril Jerez-Trocadero, que terminaba en la costa de Puerto Real y necesitaba de un vapor para el transporte de mercancías y pasajeros hasta Cádiz, mayores daños sufriría si salía adelante el proyecto de una nueva zona portuaria en Puerto de Santa María.

                En su expuesto, tras alabar el nuevo invento que suponía el tren y el “cambio tan gigante” que suponía “en el orden social”, pasa a denunciar lo que pretendían los porteños: “La inmediata ciudad del Puerto de Santa María, creyendo ver su ruina en el nuevo ferro-carril de Jerez al Trocadero, o tal vez impulsada por el entusiasmo de algún individuo, está tratando las obras suficientes para construir nada menos que una Dársena en lo interior de la población, con objeto de que los buques lleguen a aquel continente haciendo inútil la Bahía de Cádiz “, además resalta, como ha sucedido ahora, el apoyo gubernativo desde Madrid, “tratan de que esas obras se entiendan como provinciales, cuando la necesidad si acaso es puramente local. Los ingenieros del Gobierno se ocupan en el trazado y es de presumir estudien los medios de llevarlo a cabo”.

Se pregunta por las consecuencias para Cádiz “¿qué sería de la importancia de esta ciudad … si a la construcción del ferro-carril que une la bahía de Cádiz con la ciudad de Jerez  se agregase la fabricación de aquella Dársena en los Campos de Guía y plaza del Polvorista?”. 

Aunque ve inapelable el quedar excluidos del tren por razones geográficas, no podía saber que algunos años después se levantaría la línea Sevilla-Cádiz, no piensa lo mismo respecto a la creación del nuevo muelle portuense, “La ciudad de Cádiz al ver la necesidad de los ferro-carriles y su situación topográfica, tiene que enmudecer viendo la construcción del del Trocadero a Jerez, pero no así respecto a las obras del Puerto de Santa María que, sin más objeto de engrandecer una población que va a recibir mayores ventajas del ferro-carril citado que la misma Cádiz, trata a toda costa nada menos que de llevar a su seno la navegación”.

                Terminaba pidiendo al Alcalde que averiguara la certeza de esas obras y, si las mismas pudieran “perjudicar los intereses de nuestra combatida población” se tomaran por el Ayuntamiento “las medidas que el caso requiera para impedir los males que pueda causar entre tantos como sufre la célebre Cádiz”.

                No acertó este ciudadano, ya que en el Campo de Guía no se construiría la temida gran dársena, aunque si las bodegas que supusieron la riqueza del Puerto de Santa María durante más de un siglo, como ha estudiado el archivero e historiador portuense Javier Maldonado Rosso.

Así pues se frustró esta polémica con la ciudad hermana, pero sorprende sus similitudes con lo ahora acontecido, y como han continuado hasta nuestro días los mismos sentimientos de abandono, decadencia, superación por otras ciudades de nuestro entorno y ruina económica que albergaban los gaditanos del siglo diecinueve.  

Del Archivo Municipal de Cádiz.

 

 

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