jueves, 29 de agosto de 2013

BRONCA EN TRILLE


Al fondo el lugar de los hechos.

                                                                       A Encarnita, barcelonesa y vecina de la calle Escalzo.

Como está de moda en estos días polemizar sobre el cambio o la conservación de algunos nombres de calles de Cádiz, voy a aprovecharme para contarles a ustedes algo de la calle Trille, mejor dicho, del nombre de la calle, esto es del señor Trille, al que ni los más viejos del lugar llegaron a conocer, pero cuyo apellido sigue nombrándose por los gaditanos de nuestros días.

Era Antonio Trille un valenciano encargado de las bodegas, entonces recién construidas y hoy desaparecidas, que el francés Pedro Lacave y el Gibraltareño Juan Pablo Echecopar, consortes en la sociedad “Lacave y Echecopar”, habían levantado en Extramuros; Trille vivía cerca de esa bodega concretamente en la calle Segunda Aguada 167 y, aunque no sabemos mucho de su vida, hemos encontrado documentación documental sobre este incidente en el que se vio implicado.

En la noche del 13 de octubre de 1852 comparece ante Antonio Argumosa, la máxima autoridad civil fuera de las murallas ya que era nada menos que el Alcalde Pedáneo de Extramuros, una señora diciendo que su esposo José Ramón Pérez estaba en cama  gravemente herido por haber sido golpeado por Antonio Trille. Desplazado a su domicilio en la calle Arrecife 45, el agente de la Policía Urbana Antonio Berea, el herido ratificó la versión de su mujer, que había sido sin motivo “maltratado a golpes por Trille”.

El siguiente en prestar declaración fue Antonio Trille que contó su versión, que se encontraba trabajando en la citada bodega cuando el denunciante “se introdujo en el almacén o trabajadero de dicha casa, injuriando con palabras obscenas e injuriosas al Sr. Dn. Pedro Lacave”, saliendo por otra parte de la bodega donde se encontraba su esposa y otras señoras “en donde repitió los mismos insultos e injurias”; que de allí “se fue a Puntales”, regresando después para continuar los insultos.

Según su versión él se limitó a escuchar los insultos del denunciante, y añade que la madre de éste Isabel Calderón “se dedica a producir los mismos escándalos e insultos contra su persona y familia”.

Pero los golpes habían existido, como constata el “Médico-Cirujano del Puesto de Socorro de Extramuros”, quien observa que el denunciante tenía “ligeras contusiones en el cuello y una pequeña contusión en la cabeza del hueso húmero”, habiéndole recetado “se le dieran unas medicinas” y que al día siguiente “se le hicieran dos sangrías”.

El Alcalde Pedáneo de Extramuros remitió las diligencias al Juez de Faltas, por lo que al basarnos en documentación municipal no sabemos cómo acabó este incidente, un pequeño “suceso local” pero que puede formar parte de la pequeña historia de esta calle gaditana.     

                                   Del Archivo Municipal de Cádiz

 

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