Al fondo el lugar de los hechos. |
A Encarnita, barcelonesa y vecina de la calle Escalzo.
Como
está de moda en estos días polemizar sobre el cambio o la conservación de
algunos nombres de calles de Cádiz, voy a aprovecharme para contarles a ustedes
algo de la calle Trille, mejor dicho, del nombre de la calle, esto es del señor
Trille, al que ni los más viejos del lugar llegaron a conocer, pero cuyo
apellido sigue nombrándose por los gaditanos de nuestros días.
Era Antonio
Trille un valenciano encargado de las bodegas, entonces recién construidas y
hoy desaparecidas, que el francés Pedro Lacave y el Gibraltareño Juan Pablo
Echecopar, consortes en la sociedad “Lacave y Echecopar”, habían levantado en Extramuros;
Trille vivía cerca de esa bodega concretamente en la calle Segunda Aguada 167
y, aunque no sabemos mucho de su vida, hemos encontrado documentación
documental sobre este incidente en el que se vio implicado.
En
la noche del 13 de octubre de 1852 comparece ante Antonio Argumosa, la máxima
autoridad civil fuera de las murallas ya que era nada menos que el Alcalde
Pedáneo de Extramuros, una señora diciendo que su esposo José Ramón Pérez estaba
en cama gravemente herido por haber sido
golpeado por Antonio Trille. Desplazado a su domicilio en la calle Arrecife 45,
el agente de la Policía Urbana Antonio Berea, el herido ratificó la versión de
su mujer, que había sido sin motivo “maltratado a golpes por Trille”.
El
siguiente en prestar declaración fue Antonio Trille que contó su versión, que se
encontraba trabajando en la citada bodega cuando el denunciante “se introdujo en
el almacén o trabajadero de dicha casa, injuriando con palabras obscenas e
injuriosas al Sr. Dn. Pedro Lacave”, saliendo por otra parte de la bodega donde
se encontraba su esposa y otras señoras “en donde repitió los mismos insultos e
injurias”; que de allí “se fue a Puntales”, regresando después para continuar
los insultos.
Según
su versión él se limitó a escuchar los insultos del denunciante, y añade que la
madre de éste Isabel Calderón “se dedica a producir los mismos escándalos e
insultos contra su persona y familia”.
Pero
los golpes habían existido, como constata el “Médico-Cirujano del Puesto de
Socorro de Extramuros”, quien observa que el denunciante tenía “ligeras
contusiones en el cuello y una pequeña contusión en la cabeza del hueso húmero”,
habiéndole recetado “se le dieran unas medicinas” y que al día siguiente “se le
hicieran dos sangrías”.
El
Alcalde Pedáneo de Extramuros remitió las diligencias al Juez de Faltas, por lo
que al basarnos en documentación municipal no sabemos cómo acabó este
incidente, un pequeño “suceso local” pero que puede formar parte de la pequeña
historia de esta calle gaditana.
Del Archivo Municipal
de Cádiz
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