jueves, 29 de noviembre de 2012

PUERTO REAL EN 1896


            Aunque son conocidos las Guías y Anuarios de Jerez, Cádiz, su Departamento y su Provincia que anualmente se publicaban, es más raro el ejemplar que tengo entre las manos, se trata del “Anuario de la Villa de Puerto Real para 1897” que publican Santiago Casanova y Rafael de Cózar que además de contener los datos y direcciones de organismos, profesionales y comerciantes, narraba cómo había sido la vida local durante el pasado año de 1896.
            En su introducción los autores describen así la difícil situación por la que pasaba la población con algunas reflexiones que podrían hacerse en nuestros días, “Refléjase en nuestro pueblo la aflictiva situación de todo el país, desconfiado de promesas engañosas para el arsenal de la Carraca, uno de nuestros grandes medios de vitalidad” y “si no ocurren sucesos de alta importancia, parece el pueblo sumido en la inercia, en inagotable letargo…”. Entre la clase obrera crece la pobreza a la que hacen frente “la asociación parroquial El Ropero y las Conferencias de San Vicente de Paul”.
            A un año del desastre del 98 hacen una mención a los paisanos que marcharon a la guerra “Para Cuba y Filipinas, dejando vacios a los hogares y sin consuelo a sus padres, muchos de nuestros jóvenes vecinos”.
            No falta la mención a la vida social, las actividades culturales que organizaba el Casino Antiguo inaugurado en 1896 y el católico Centro Obrero, en donde inauguraba su ciclo de conferencias la charla del diputado por Cádiz Rafael de la Viesca.
            Entre las actividades culturales destaca la existencia, además del Teatro Principal, del Teatro Echegaray que lo formaban “aficionados operarios del arsenal de la Carraca”.
Pero había un tercer teatro, el Teatro Loló, “recién instalado en la casa de los Señores de Lavalle”, propietarios locales que dieron una fiesta para presentar el teatro a sus invitados de la burguesía de la Bahía, en especial de la de Cádiz que, abandonando Chiclana, se había decantado por Puerto Real como lugar de veraneo por la comodidad que suponía la construcción del ferrocarril hasta Sevilla con parada en la villa.   
La descripción de la fiesta y del patio de la casa habría hecho las delicias de Visconti, con todas las damas jóvenes en el centro del patio vestidas de blanco formando un ramilletes de flores de ese color, o el telón y la embocadura del teatro, pintados nada menos que por Justo Ruiz Luna, y que representaba una de las propiedades de los anfitriones, “la fábrica de cemento a orillas del mar”.
Pinceladas de una época con sus miserias y esplendores, sus penas y alegrías, de este Puerto Real al que cantaba E. Vasallo cerrando el Anuario con estos breves e ingenuos versos que terminaban así:
Recorriendo las esferas, un coro de ángeles vino,
A sentarse en las Canteras, bajo la sombra de un pino.

1 comentario:

  1. Estimado José Mª:
    Espero no borrar este comentario como ya me ocurrido anteriormente. Parece mentira que un bloguero "experimentado" como yo como estos errores.
    En fin, que gracias a tu blog me entero de cosas e historias de Cádiz que ni imaginaba.
    En cuanto a las agrupaciones exotéricas, debo decirte que me han contado... que Cádiz sigue siendo una potencia exotérica (aunque no haya agrupaciones organizadas como las que tu contabas en un post.. o tal vez sí).
    Otra cosa. Creo recordar que cuando yo viene a Cádiz, a eso de los 18 años, utilice un minguitorio público... Me parece que estaba al lado del mar, tal vez en la Alameda Apodaca. No recuerdo bien, pero había unas escaleras, las paredes blancas con cerámica tipo cocina... ¿Pudiera ser?.
    Bueno. Me encanta leerte y aprender de este Cádiz que es más que la Caleta y el Carnaval.
    Un abrazo

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