sábado, 24 de marzo de 2012

LUTO POR UNA REINA


Los funerales por las personas reales del barroco español tenían una celebración especial, en la que se unían aspectos religiosos y políticos para la exaltación de la Monarquía Católica. En Cádiz no era diferente, en 1689 se celebraron los de la Reina María Luisa de Orleáns, sobrina de Luis XIV de Francia y desventurada esposa de nuestro Carlos II, corriendo el Cabildo municipal con todos los gastos.

Se encargó la confección de un túmulo para la entonces Catedral y se puso de luto a toda la ciudad, no sólo a los bancos de la Catedral, también los porteros del Consistorio, los instrumentos mazas, trompetas, pífanos y tambores de los maceros, el caballo del pregonero que anunciaba la triste noticia, y hasta todos los empleados municipales incluida “la mujer de Francisco Hidalgo, portero que cuida de la limpieza de las casas Capitulares” a la que se le suministran, para su “saya y monillo”, 4 varas de tela negra.

En total se gastaron 33.631 Reales de Vellón que incluían 32 varas y media de felpa negra, 11 onzas de galón de oro, 27 piezas de bayetas negra, 8.900 reales que se pagaron al escultor y pintor Thomás Badillo que realizó el túmulo y 5.523 reales por la cera que suministró Juan de Peñalbaprocedente de su cerería de la Viña de Malabar.

            Del Archivo Histórico Municipal de Cádiz.

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