martes, 1 de abril de 2014

La venta de una tienda.


                       

                                                                    Para Agustín y Antonio que llevan este apellido tan montañés y gaditano.

En los no muy felices (al menos para la ciudad de Cádiz) años veinte del siglo XIX, al comienzo del Trienio Liberal, las actividades cotidianas de nuestra colonia montañesa permanecían inalterables a pesar de las convulsiones políticas y bélicas de esos años, como lo atestigua este traspaso de una "tienda de comestibles y refino", como la define su propietario Manuel Infante, quien se la vende a Manuel Fernández de la Reguera; un negocio entre montañeses que, siguiendo la “costumbre de esta plaza” se formalizaba por medio de una escritura ante un Escribano.

La tienda se encontraba en una accesoria en la calle de la Torre esquina a la del Herrón número 80 ½ (hoy Hospital de Mujeres 39), y se vendía “con sus correspondientes géneros, enseres y utensilios” que habían sido valorados por los peritos, designados por ambos, Josep Riaño y Francisco Escamilla. Es significativo el menor valor que dan a “los efectos de comestibles”, 2.469 reales y 24 maravedís, con respecto al que dan a ”los efectos de refino” que tasaron en 11.179 reales y 25 ½ maravedís.  El precio total del traspaso es de 17.370 reales de vellón, que el comprador había entregado en su totalidad antes de firmar la escritura.

A la escritura sólo se acompaña en detalle la valoración de los cinco pesos del establecimiento, así como las 16 pesas chicas y las tres pesas mayores de a una, dos y dos y media arrobas, todo ello valorado en 1.812 reales y 17 maravedís.
 
La valoración de pesos y pesas.
Como curiosidad obsérvese las dos formas de escribir “arroba” que se usaban en la práctica habitual del comercio gaditano.

Dos símbolos distintos de "arroba".
 
Del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.

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