viernes, 20 de julio de 2012

UN MATADERO EN MAL LUGAR




Cualquiera que pase hoy por el tramo final de la calle Cánovas del Castillo podrá ver la placa con el nombre antiguo que tenía este trozo de calle “Carnicería del Rey”, por estar situada en ella el matadero y carnicería que surtía a las tropas de la guarnición y a los marinos de los navíos reales. No olvidemos que hacía esquina con la calle llamada por ello de La Carne, y que ya en aquel tiempo prometía ser una de las vías comerciales más importantes de la ciudad.

Pues bien, en el siglo XVII los vecinos que vivían cerca de dicha Carnicería del Rey “se quejan del mucho daño y perjuicio que reciben de la tripería y matadero que allí está inmundicias y mal olor que hay y más en tiempo de verano”. Se convoca un cabildo municipal (pleno) para estudiar el tema en el que toma la palabra el regidor (concejal) Gaspar Toquero, el médico empresario del corral de comedias, que habla de la queja de “los dueños de las casas de la calle donde al presente está el Hospital de la Armada” porque “en la dicha calle … se ha hecho Matadero y Tripería y para traer el ganado a dicho matadero es fuerza que atraviese y pase las calles más principales por estar la referida en medio con lo que se suele hacer mucho daño porque con la priesa con que viene suelen atropellar a los niños y mujeres que no pueden correr y causa alboroto y ruido por donde pasan con que inquietan a los oficiales y trabajadores y además es muy grande la inmundicia que se causa de la dicha tripería y matanza y otras resulta de ella con que la dicha calle ordinariamente está llena de suciedad inmundicia y agora en tiempo del verano en que ofende más el mal olor por causa de los aires calientes no se puede parar ni detener en la dicha calle ni comarcanas ni en las casas, es menester tener particular cuidado y tener las ventanas cerradas y esto puede causar enfermedades...Piden (los vecinos) que no se mate ni se haga tripería en dicha calle”.

Ante esta visión de los toros corriendo por la actual calle Columela, con las molestias consiguientes de suciedad, olores y moscas en una época no muy considerada para los temas de higiene pública  debió convencer a los demás regidores, ya que adoptaron el siguiente acuerdo:

“Que todo el ganado que en adelante se trujere para cortar en la Carnicería de la Armada para abastos de la gente de guerra que milita y sirve a Su Majestad entre y lo encierren en el Matadero y Rastro que esta ciudad tiene donde viene todo el ganado para el abasto de ella y los Baqueadores, Merchantes y Ganaderos sepan y entiendan que aquí y no en otro sitio se han de encerrar y matar y de dicho matadero y rastro se lleve muerta en canalgaduras a la Carnicería del Rey y las inmundicias se arrojen en el Barranco de la banda de la mar de vendaval”.

Todo esto ocurrió a mediados del siglo XVII, pero aunque haya pasado mucho tiempo tengamos un recuerdo para los sufridos vecinos y comerciantes de esta calle.

                                                        Del Archivo Municipal de Cádiz

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