lunes, 30 de julio de 2012

LA FAMILIA BUISSEN GADITANA

            En este mes hemos conocido la dolorosa noticia del fallecimiento de José María Spiegelberg Buisen, un caballero de la Mar, marino mercante que hace años llegó a Cádiz en compañía de su esposa Gloria, para dedicarse a la enseñanza, él en la antigua Escuela de Náutica de la Caleta y ella en diversos Institutos de la ciudad.

            Un día le pregunté por su segundo apellido y me contó que unos marinos holandeses le dijeron que era de origen flamenco, aunque se escribía con dos eses. También me dijo que su familia tenía cierta relación con Cádiz ya que su madre había nacido aquí, le prometí investigar sobre su familia y encontré lo que sigue.

El primer Buissen gaditano, Francisco Buissen Segers lo menciona Ana Crespo Solana en su libro “Entre Cádiz y los Paises Bajos. Una comunidad mercantil en la ciudad de la ilustración”. Era el  Mayordomo de la Nación Flamenca en Cádiz a principios del siglo XVIII, y en su testamento, otorgado el 31 de Octubre de 1694 ante el Escribano Francisco Gamonales, donde se retrata así: “Yo Francisco Buissen hombre de negocios, vecino de la ciudad de Cádiz y natural de la de Amberes, Ducado de Brabante, hijo legítimo de D. Livino Buissen y de Dª Susana Segers Sumnger, ambos difuntos”.

            Tras hacer las habituales protestas de fe católica que se usaban en la época, dispone lo siguiente: “Quiero que mi cuerpo sea sepultado en la Iglesia de Nuestro Seráfico San Francisco, Casa Grande, de esta ciudad, en la bóveda de la Capilla de San Andrés sita en ella, pues es de la nación flamenca y alemana y mi cuerpo vestido con el hábito de dicha Orden.” Encargaba que se dijeran por su alma doscientas misas rezadas, la quinta parte de ellas en la Iglesia Catedral, pagando de limosna por cada una dos reales de plata. 

            En cuanto a sus bienes, disponía todo lo necesario para que sus albaceas procedan al pago de sus deudas y al cobro de lo que le adeudaban a él, “Declaro que he tenido y tengo en esta ciudad casa de negocios y durante ellos correspondencia con distintas personas, así del norte como de otras partes. Que todo ello consta por mis libros, cuentas y papeles”

            Como las personas pudientes de la época, también Francisco Buissen tenía esclavos “una negra de condición honesta, Magdalena, de edad de más de cincuenta años y por lo bien y fielmente que me ha servido quiero y es mi voluntad que desde el día de mi fallecimiento y no antes, sea y quede libre y no sujeta a esclavitud y servidumbre” y “un negro de nombre Francisco de edad de catorce años” a los que concede la libertad tras su fallecimiento.

            Por albaceas testamentarios nombró a su citado primo y a “D. Daniel Buissen mi hermano, vecino de la referida ciudad de Amberes” y, de lo que quede tras el pago de las deudas y las misas encargadas, “como no tengo herederos forzosos, nombro mis herederos al dicho Daniel Buissen, a Doña Ana Buissen vecinos de la ciudad de Amberes y Hilaria Buissen viuda de Pedro de Kelsen, vecina de la ciudad de Bruselas, mis tres hermanos, por partes iguales”.
                       
Como Francisco no tenía descendientes directos, no puede ser sino un familiar colateral suyo el José Buissen que señala la autora antes mencionada como residente en la ciudad en 1760, era flamenco y procedía de Bruselas, según consta en los padrones de extranjeros de la época.

            Este José podía ser hijo de su hermano Daniel o mejor de su hermana Hilaria, la viuda que residía en Bruselas, y que hubiera venido a hacerse cargo de la herencia y de los negocios de su tío. Hay que señalar que en esa época no se guardaba el orden de los apellidos, por lo que el sobrino podía perfectamente haber adoptado el apellido de Buissen que era más conocido en Cádiz por razón del cargo que desempeñó Francisco y de su profesión mercantil.

José Buissen se asentó en Cádiz, se dedicó al comercio, se casó con Doña Felipa de Acosta y fue padre de al menos dos hijos Guillermo Buissen Acosta y Antonio Buissen Acosta que fueron los primeros Buissen gaditanos. 

            Todos los Bussen vivieron en la feligresía de la Parroquia del Rosario, quizás debido a la condición eminentemente mercantil de ese barrio, ya que comprendía el muelle, la Aduana y Casa de Contratación con Indias y la calle Nueva, centro mercantil de la ciudad en esa época.

Antonio, Francisco Buissen Acosta, se casó en 1790 con la también gaditana Manuela Francisca Cuevas de Guevara y el 5 de Febrero de 1791 se produce el nacimiento de su primer hijo. Tenía como profesión la de profesor de música, de gran relieve social en el Cádiz ilustrado de la época, que también ejerció su hija Francisca.

Esta afición por la música debió ser una constante de la familia, que se continuó con José María Buissen Cuevas que se casó en 1833 con Tadea Tomati, que pertenecía a una familia de afamados músicos algunos de cuyos miembros todavía ejercían esta profesión en el siglo XX.

José María participó en la Desamortización del gaditano Mendizábal de los bienes de la Iglesia como comprador directo de fincas que pertenecían a conventos, a iglesias y a cofradías. Además de estos negocios, debió ser el primer Buissen que marcha a Madrid, desde donde también realizó compraventas de bienes desamortizados.

Su hijo José María Buissen Tomati residió un tiempo en Cuba ejerciendo su profesión de piloto de la Marina Mercante, regresó a Cádiz y se casó con Juana Warleta y, llevado de las aficiones musicales de su familia participó en la creación del Liceo Gaditano, sociedad cultural creada en 1855 para la difusión de las artes y ciencias.

            Al igual que su padre participó activamente en la Desamortización de los bienes municipales del Ministro Pascual Madoz, participando en las subastas, primero desde Cádiz y después desde Madrid, en unas ocasiones a título personal y en otras como apoderado de otro comerciante de Cádiz aunque sevillano de nacimiento, José María Falla Conde, cuyo bisnieto sería el famoso músico del mismo nombre.

            Trasladó su residencia a Madrid aunque siguió con sus negocios en Cádiz, a donde, al quedar viudo en 1867, mandó a sus dos hijos para que estudiaran en su Instituto. Tras sus estudios regresaron a Madrid, siendo los iniciadores de la rama madrileña. Por esta fecha se escribía ya el apellido indistintamente como Buissen o Buisen.

            Sirvan estas pequeñas notas como homenaje de amistad a un hombre que poseía cualidades como una amistad sincera, un espíritu jovial, su enorme solidaridad y un gran sentido de ciudadanía que traducía en su amor a su Galicia natal y a Cádiz, virtudes que también adornan a la que ha sido su esposa, Gloria Sendón Ballesteros a la que expresamos nuestro pésame, así como a sus hijas María y Consuelo.
             

1 comentario:

  1. Gran profesor, gran marino, gran persona. El recuerdo cariñoso de un capitan jubilado que fue alumno suyo. Mi pésame a la familia.

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